La noche se presta para ignorar aquellos remilgos del tiempo que nos burla...
es noche de estrellas tibias, que entre cierran los ojos para mirar por las rendijas clarividentes el desenlace a lo superfluo...
No tengo mas que un manantial de agua de rosas que escurre exiliado de mis ajenos deseos, los que me convidas tu con tu sonrisa de niño grande y los que me invento yo con mis berrinches de mujer niña...
La noche abre un ojo y nos encuentra distraídos, la luna se hace la dormida y se enrosca por el cuello un hilo de estrellas que relampaguean indecentes... allá en la calle contigua en un auto mudo, los amantes se confunden entre la oscuridad clandestina y el reloj con 10 minutos de atraso, ahogando los deseos sobre las caricias sobre puestas... y acá en las cuatro paredes que nos encarcelan se nos escapa un "hubiera" por entre los labios...
Mas acá, justo en el centro de mi estómago se echan a dormir las mariposas tiernas, mientras dejo que las ausencias se me disipen por entre los dedos de los pies y retornen las palabras por las que vierto un poco de mi día a día...
No me quedan más silencios almidonados en la alacena, tampoco me quedan conjuros patentados, tan sólo, si tan sólo me quedaran las tibias caricias aquellas que tu conoces... para envolverme en sueños y despertar con la garganta ardiendo, con los ojos risueños y tú ....
para inspirarme.