domingo, agosto 02, 2009

Lucrecia...Secretos para contar...


Cuando Lucrecia pudo descansar los ojos llenos de sueño sobre la almohada se sintió desvalida y abandonada.
Amar con los años encima no era precisamente lo más coloquial al cumplir los cincuenticinco, menos amar a un hombre que sin mucha perspicacia podría parecer cualquiera de sus hijos o en tal de las suertes, el nieto primero.