Cerrar un ciclo de vida siempre me resultó dificil y aterrador. Reconozco que no soy buena para saldar instantes ni mucho menos para las despedidas. Hoy, 20 de Mayo del 2009, atravesé por ultima vez la puerta de mi otro hogar, 19 años de rutina, del mismo camino de ida y vuelta, de emociones, de instantes, de mañanas inéditas y sonrisas con ojitos de mil colores.

Desde que desperté sentí un nudo en el estómago, sabía que este día llegaría, sin embargo, no pude evitar llorar y llorar...

Dejar mi salón, el mismo espacio que durante todos estos años me recibió a veces patas pa arriba, otras relampaguceándo de limpio, otras más repleto de llanto y más veces de murmullos de cariño y esperanza, aquí, en estas paredes, lloré, reí, menté madres y agoté mis sonrisas, mi voz y algunas veces mi paciencia...

Mis recorridos cotidianos, lavado de manos, ir a la sala de ritmos, cantos y juegos, al comedor y a la explanada de actos cívicos y conmemorativos...

Mi espacio favorito, el rincón de lectura, donde los niños pasaban el tiempo acercándose a la lectura, a iluminar historias y a inventar finales felices...

Mis honores a la bandera, actos cívicos y eventos conmemorativos.

Mis amigas y compañeras, con quienes compartí la vida, el tiempo, el ánimo...

Momentos inolvidables que nos unen y consolidan para siempre...

Mi paisaje de todos los días, éste es el panorama que durante estos años miraba desde mi ventana, sobre ese verde me perdí mil veces en mis pensamientos, buscando un aliento para retomar fuerzas a cualquier hora de la jornada ,desde acá, se podía ver llover, se podía ver el cieloazzul, también las ardillas saltando de una rama a otra... y siempre, siempre, éste paisaje repleto de almas pequeñitas de corazón inmeso, siempre risas, murmullos, cabellos despeinados, zapatos de colores, descubrimientos inéditos y miles, miles de historias para recordar.

Hoy ha sido el último día que habité ese templo que es mi Jardín de niños, dejo mis funciones como educadora frente a grupo para saltar con los ojos repletos de emoción a un éxito y logro inesperado, a partir de mañana, seré directora, y aunque el paso al ascenso exigía tener que dejar mi adorado jardín, tomé el reto de cambiar de centro de trabajo, ahora compartiré mis días con nuevas compañeras, nuevos pequeños, nuevo ambiente y nuevo entorno natural. Voy con entusiasmo y esperanza, con la certeza de poder cumplir nuevos retos y logros educativos, concluyo satisfecha, repleta de gratitud y experiencias sólidas y grandiosas, pero me duele en el alma. Es inevitable no llorarle a mi ayer.

Durante mucho tiempo, compartí con muchos amigos de éste mi cieloazzul mi tránsito dentro de mi desempeño como educadora, con ustedes compartí éxitos y vivencias, en ésta dinámica conocí a mi Uli Solecito, y más veces les compartí lo vivido, reído y llorado. Vendrán nuevas experiencias, nuevos sueños, y aquí los celebraré con ustedes, amigos de vida y letras.

Gracias amigos míos, por acompañarme en éste tránsito, en éste éxito, en esta emoción y en éste nuevo camino por comenzar.

Les quiero con el alma llorona.

Cristina.