Mientras estaba encimismada en mis pensamientos,
entretenida con el silencio de mis ideas, recordé la simpleza de tus ojos, la singular forma en que haces que mis embrujos reboten hacia mi, el curso de tu voz recorriendome en espirales la espalda y los muslos....
cosa de la imaginación, quizá..
Pero cuando un ruido del ambiente me sobresaltó, tuve inmensas ganas de llorar de nostalgia...
entonces, me dí cuenta, que mi perfume huele a tus ansias y es por ello que siempre me invades desde la punta de la nariz, hasta mi Sur revuelto....
Convirtiéndo mis soledades en un mordisco de tu existencia....