Hoy mientras te saboreaba, tuve la sensación de haber almacenado mas recuerdos de lo debido, sentí la necesidad de retocar aquellas emociones que por efímeras y sutiles no tenía a la mano en caso de emergencia...
Encontré entonces, aquellas ocasiones en que busqué tus ojos para resguardarme del frio invierno a mitad de mi primavera...
Aquella noche en que tus manos fueron hierro pesado a mi libertino sueño...y las veces accidentales en que tu sonrisa se disparó directo a mis nostalgias...
Recordé entre saltos cronólogicos la ocasión en que te apunté con mi flecha de caramelo directo al ombligo y al dispararla darte justo en el medio de los sentidos... pedir disculpas con los besos avergonzados y soportar el silencio de tu justo enojo...
Encontré perezosos los recuerdos de tus reclamos, aquellas ocasiones en que las rutas se hacían eternas de tanto rezongo, de tanto remilgo, de tanto sin ti.
Me detuve con el pincel del numero 1 a delinear con pulso pluscuanperfecto, las oportunas caricias que diste sin permiso, los besos tenues sobre mis ojos dormidos y el cobijo de algodón que hechabas al aire sobre mis ausencias fingidas...
Le cambié el color a todas aquellas despedidas de odios amistosos, a los diálogos inertes y a los equívocos hiriéntes...
Se me acabó el azul celeste mientras intentaba pintar los eternos consuelos, los girones de tus dedos sobre mi espalda con pecas y los pendientes que de tanto olvido se estaban quedando invisibles...
Ahora esperaré a que amanezca, para pedirle al nardo su blanco azucarado y pintarte un par de ojos, del color de mi océano....
después besar-te.