Siempre quiero ser como tú, Mamá.

Hablar de mi madre es mucho más que juntar un montón de letras y hacer poesía. Hablar de ella, es revolver toda una vida partida en mil pedacitos que conforman un mismo corazón, el de ella.
Significa el principio elemental de la vida, de ésta vida que nos comparte instantes, alegrías, sonrisas, compañía, contención, miedos, lágrimas, ausencias, existencia y un caminito lleno de ella, por el que hemos caminado siempre con la ternura como sol y la sonrisa como luna…
Hablar de mi madre es hablar de la mujer virtuosa que es, el pilar de mi familia, la fortaleza hecha cuerpo y la esperanza espíritu…
De ella, tengo todos los recuerdos y ejemplos que hoy, tanto a mis hermanos como a mí, nos han formado en profesionistas y seres humanos concientes de los compromisos que sugiere ser parte de una sociedad cargada de retos.

Toda ella es un ejemplo.

Podría hablarles de la hija que fue, oportuna y llena de presencia, siempre amorosa y dispuesta para estar en cuerpo y alma cerca de mis abuelos, ejemplificando con acciones la gratitud y el respeto que nos inculcó cabalmente.
Podría hablarles de la madre que es, cariñosa, alegre, llena de esa insustituible presencia que alivia cualquier tormenta, repleta de instantes y cariños que se le resbalan por los ojos y nos empapan de esa sensación de paz y armonía que calma, sana, estruja.
Podría hablarles de la abuela, cómplice y divertida, llena de energía y ánimo para contener, para escuchar y abrazar como solo ella sabe hacerlo, heredando a sus 4 nietos la alegría por la vida y el don de la generosidad…
Como esposa, siempre compañera, fiel y leal a los principios del amor comprometido, guerrera incansable y contención de acero para edificar un matrimonio sólido y duradero que sólo la muerte pudo vencer a traición.
Hablar de mi madre como profesionista, como maestra y educadora, es hablar simplemente de vocación, de antojo por la vida, de amor por los niños, de saber ser amiga sensible y siempre comprometida por la educación .
Puedo hablar de ella así, tan profunda e íntimamente por que ella es mi ejemplo, mi meta y mi fin, por que siempre quise ser como ella, tener su olor y el terciopelo de su piel, el mismo calor que al abrazarla te cobija y la palabra precisa para vencer tropiezos, tener esa capacidad para sorprender a la vida y esa dulzura con que se expresa y la llevó a sus cotidianos , nadie como ella para contar un cuento, para escenificar un relato, para cantarle a la vida y enseñarme los pincipios elementales de todo ser humano.
Hablar de mi madre siempre ha significado mi existencia, mi hoy, lo que soy y lo que mis hermanos son, el ejemplo virtuoso, el compromiso por el trabajo, el amor por la familia y sobre todo el infinito agradecimiento a Dios por tenerla.

Hoy quiero rendir este pequeño homenaje a la mujer, madre, amiga que ella es.

Gracias mamá.
Te amo con orgullo e infinita admiración.

Felicidades a todas las mamás del mundo....

10 de Mayo.

Día de la madre.