Que forma de seducción me prestas por horas, tu...
cuando conviertes aquellas noches en días de sol y en los amaneceres tibios me regalas la luna agotada de tanto vaivén...
Que manera la tuya, de guiar mis sensaciones, éstas, que se desbordan por mis ojos y terminan en mi boca, si, en ti...
Que fuerza hay en tus manos, las que me guían para volverme barca a la deriva de tus mares, de tus oleadas inesperadas, de tu complacencia...
Que razones quedan después de tenerte, después de tenerme, después de tenernos....
Que lienzo me regalarás mañana, cuando tengas en la yema de tus dedos nuevos matices de amor para heredarme, para conquistarme, para tomarme.
Que nos estrenamos mañana.....
que no hayamos probado ya con nuestras bocas.