Un día antes mi madre había ido al médico a un chequeo de rutina y le habían recomendado consumir huevos de esos... como ustedes saben, en la actualidad muchos de los productos que consumimos han perdido esos procesos naturales de tiempos pasados, ahora todo se madura artificialmente y la mayoría de los productos animales traen exceso de químicos y hormonas que aceleran la reproducción y disminuyen la calidad.
El caso es que con la mañana tan fría como estaba y esa diminuta mujercita en la puerta de casa con sus "huevos de rancho" fue como una brisa caída del cielo.
Abrí la puerta y compré 20 huevitos. Mientras ella contaba de uno en uno le ofrecí una taza de café caliente y pan. Antes de despedirse con una sonrisa más amplia aún me agradeció el café y me dio un abrazo que a mi me supo a bendición. Prometió volver el siguiente domingo y así lo hizo.
A las 7:30 en punto tocó a la puerta, nuevamente estábamos a pata suelta durmiendo, además que con la amenaza del Huracán Félix el ambiente estaba húmedo y más frío. Salí a comprar los "huevos de rancho", sólo que ésta vez la vi cargando una bolsa enorme además de su "cubetita con huevos".
La hice pasar a la casa mientras le ofrecía nuevamente un café con pan, ella aceptó mientras abría esa bolsa y me decía:
-" Te trajimos algo"-
Cuando volví ella estaba aún encuclillas sacando con cuidado sus "regalos"
- Aquí te traemos unos platanitos-
- Unas tortillas que yo misma te hice tempranito, pero ya vienen frías-
- unos chiles picositos-
- Unos limones fresquitos-
- Unos "piecitos" para que los siembres en tu jardín-
-¿ Cuantos huevitos vas a querer?-
Yo quedé conmovida de mirar sus presentes, una mujer tan humilde, tan mayor, cargando todo aquello para mi me hizo estremecer... ella no paraba de hablar...
- Nos levantamos al amanecer y cortamos los platanitos, los limones, los chiles, prendimos el fogón para traerte las tortillas, son poquitas, porque el kilo de masa está huuuuuuuu re carísimo, después tomamos el camino, caminamos hasta donde el camión pasa, pero se cayó el puente y nos tuvimos que bajar antes, así que caminamos, huuuuuu, como hemos caminado, con tanta agua que ha caído que nos hemos mojado los pies, yo no veía fin del camino, pero por fin llegamos, ahhhhhhh cuantos paisajes hemos visto, cuanto verde y cuanta agua....-
- Tu y quien más?- pregunté.
- Pues yo y ....- Dijo señalando al cielo-
sonreí.
-Ah si!! apoco cres que vengo sola, nooooooo!!! él y yo siempre... por que yo ya estoy mayor y sóla no salgo porque la memoria me falla y bueh.... él y yo....- volviendo a señalar al cielo.
Mientras ella me hablaba yo no podía dejar de sentir una sensación de armonía y felicidad...
- Mi casa se está cayendo... tu no tendrás un plástico que me vendas?-
-Un plástico??? de que tamaño?- pregunté
-Así... como así... para ponerlo en el techo y pueda yo dormir, por que llueve y tengo que estar cuidando que no se caiga el techo...- diciendo eso y abriendo los brazos a todo lo largo.
- de ese tamaño es tu casa?- pregunté.-Bueno, si... yo vivo en Baxtla, allá las casas son de lodo y paja, el techo es de paja, pero huuuuuuu, con el agua eso se hace como chicle, se cae a pedazos y ahí ves los borbotones de agua, todo se moja!!! todo, todito!!, tendrás un plástico???-
- Un plástico de ese tamaño no tengo, pero podemos conseguirlo, o conseguir unas láminas para que las pongas en tu techo y así ya no te mojes-
- Nooooo!!! láminas no, porque esas cuestan mucho dinero, no, no, yo con un plástico así...( volviendo a estirar los brazos a todo lo largo), con eso ya no nos mojamos...-
- Bueno, veremos si podemos conseguir el plástico o las láminas, yo quizá tenga algunas por ahí y te las puedo dar con mucho gusto-
-No niña, con un plástico está bien...-
- Bueno tu ahora que vuelvas a tu casa, vas a fijarte bien cuanto es que mide tu casa para ver de que tamaño el plástico y no sea que falte-
- ah si!!!, mediremos y el próximo domingo te damos la razón-
Bueno el caso es que doña María Natividad, desde hace 4 domingos, viene a ésta casa a vender huevitos de rancho, a traer parte de sus riquezas a compartir con ésta familia, a dejar bendiciones y charlas interminables...
Su casa necesita 5 láminas para cubrir su techo, y aunque ella vive en un poblado que está a una hora de camino de dónde yo estoy, hemos podido darnos el gusto de darle sus láminas, mi esposo además le ha dado un millar de block para que pueda levantar sus muros y tener su casita con mucha más seguridad.
Lo que a mi me ha conmovido de ésta experiencia, es que justo ahora que Septiembre me derrumba con nostalgias, aparece ésta mujercita con su carisma angelical y sus frases estremecedoras...
Ayer, antes de despedirse, me abrazó y me dijo...
- No tristezas, nadita de tristezas... por que mira... tu debes ser feliz... y allá..(señalando nuevamente al cielo) no le gusta verte carita triste-
Yo me quedé con un nudo en la garganta y con una sensación de haber tenido así de cerquita la presencia de mi padre.
Yo no sé que tan celestiales puedan ser algunas presencias en la vida, lo que si sé, es que cuando más perdida me siento en mis fuerzas, algo aparece como relámpago en mi aire para levantarme la razón de vivir, y ésta vez, se llama María Natividad...
Y eso...