Hoy, cuando busqué entre mis silencios la pausa con tu nombre no te encontré, busqué dentro de mis ojos, donde te había guardado hace unas cuantas horas atrás, no estabas,
busqué en el medio de mi ombligo, donde a veces quedan algunas de tus sonrisas, no estabas,
busqué en el centro de mis ansias donde a veces dejas un suspiro, no estabas,
busqué a tientas en el contorno de mi cuerpo, donde dejas siempre un rastro de tu aroma, nada,
busqué en la esquina de mi boca donde te guardo neciamente, y nada, no estabas...
entonces sentí el vacío que llevo tiempo tratando de ignorar...
miré a los cuatro puntos cardinales de mi alma y te encontré, convertido en mil partículas con alas rotas y de todos tamaños,
sin rumbo ni destino, sentí un dolor inmenso, un vacío profundo y vacilante, sentí el adiós.
Que más hubiera querido que detener tu exilio,
que más que volverte a besar,
pero algo en mi alma soñadora me asegura que ha llegado mi tiempo para estrenar,
y el tuyo de extrañar-{me}-