Entonces, no encontré mas tu abecedario, como si el lenguaje de las letras tuviera que ser leído al revés para comprender... me puse de cabeza y nada, me puse de costado y nada...me puse contra la pared y nada... hasta que me puse de espaldas y fue entonces que te sentí.
Texto publicado originalmente para:
Diciembre 23
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